Iglesia
ardo en mi esforzado castigo
ya soy ese cuerpo que en ardor divino deviene
carne, mancillada
lenguas, negras
manos, tintas de sangre
llanto y rechinar de dientes
sin descanso en este páramo de odio.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario